lunes, 10 de febrero de 2020


Manuel Azaña 
Un ser dividido entre su vocación política y la literaria
  

Manuel Azaña. Fotografía © Alfonso Sánchez García 
Una vida intensa
Cuando uno inicia su adolescencia todo está muy lejos. Todo está por venir.  Todo es muy lejano, ajeno y distante. A esa edad, casi nada forma parte de tu vida, fuera de tu entorno familiar y de un puñado de amigos de colegio y del vecindario. Es escasa tu formación personal, intelectual, literaria y son escasos tus conocimientos y muy pocas las experiencias vividas. 
Pero el tiempo es algo que pasa muy deprisa y a menudo que uno abandona la infancia, la adolescencia, la juventud y, se adentra en la madurez, este aspecto se intensifica mas.

Ochenta aniversario
Manuel Azaña, del que se cumple este año el ochenta aniversario de su fallecimiento, era un político y escritor distante, lejano, ajeno.
Desconocido para mi, para mi generación, y para toda una generación de españoles.
Un ser dividido entre su vocación política y la literaria. Un hombre de gran prestigio, al decir de muchos, denostado, para otros. Lúcido, sensato. Pero todavía hoy, es un gran desconocido para varias generaciones de españoles el que, con el tiempo, llegó a ser el personaje mas relevante de la República española y uno de los intelectuales mas destacados  de la primera parte del siglo XX, con una enorme lucidez, sensatez y un mayor sentido de la democracia, la paz, la justicia, el progreso.

Nace en Alcalá de Henares
Un hombre que nace en el pueblo de Alcalá de Henares, Madrid, el  día 10 de febrero del año 1880, en el seno de una familia acomodada. Su padre, Esteban Azaña, era notario y pertenecía a una de las familias liberares con mayor renombre de la ciudad.  



Manuel Azaña con sus hermanos y sobrinos © Álbum familiar de la familia Azaña   


No tuvo una vida fácil
La infancia de Manuel Azaña  no fue nada fácil. En poco menos de un año pierde a su madre y a su padre, poco después. Y es su abuela la que se ocupa de él y decide enviarlo al Colegio de los Padres Agustinos del pueblo de el Escorial. Y allí es en donde pasa ocho años de su vida.

Licenciado en derecho
Afortunadamente, está bien dotado para los estudios y a la edad de 18 años ya es licenciado en derecho por la Universidad de Zaragoza. Dos años mas tarde se doctora, por la Universidad de Madrid y para ganarse la vida entra, como pasante, en un bufete de abogados, en donde coincide y hace amistad con Niceto Alcalá Zamora, primer presidente de la Segunda República, al que sustituyó después en la presidencia.

Se inicia en la literatura y en la política
Posteriormente, deja el bufete de abogados y regresa a su ciudad natal en donde se inicia en la literatura y comienza a implicarse en la política.

Su primera conferencia 
El día 4 de febrero del año 1911 imparte su primera conferencia en La Casa del Pueblo de su ciudad natal y al año siguiente viaja a la ciudad de París con una beca de estudios e inicia sus colaboraciones literarias en varios periódicos españoles.

Se afilia al Partido Reformista. Colabora con el Sol e Imparcial. Revista La Pluma
Al regresar a España se afilia al Partido Reformista y colabora con los diarios El Sol y El Imparcial y dirige la revista literaria La Pluma, en donde publica un adelanto de alguno de sus libros mas prestigiosos publicados.

Contrae matrimonio
En el año 1929 se casa, por la Iglesia Católica, con Dolores Rivas. Una mujer de convicciones profundas, incluida la religiosa, sensible y culta de la burguesía madrileña.

Presidente del Ateneo de Madrid
Al año siguiente es elegido presidente de Ateneo de Madrid, algo que le ilusiona sobremanera y se dedica de lleno a la carrera política.

Crea el Partido Izquierda Republicana
Abandona el Partido Reformista y crea el Partido Izquierda Republicana, en lo que es una clara apuesta por la República, como método de Gobierno, y en lo que fueron sus tres grandes ejes: La reforma agraria, las autonomías y el separar a la Iglesia y el Estado. Junto a otras medidas, como la Ley del Divorcio, la Secularización de los Cementerios o la Ley de la Defensa de la República.
Todas estas leyes suscitaron el rechazo frontal de la derecha  y el beneplácito de la izquierda.

El Frente Popular gana las elecciones
En el año 1935 Manuel Azaña promueve la alianza de toda la izquierda, a la que aglutina en el partido Frente Popular y se dedica a dar mítines por toda España, llenando todos los campos y los estadios a su paso.
El Frente Popular gana las elecciones del mes de febrero del año 1936 y Manuel Azaña forma Gobierno, y el ambiente se tensa y se hace irrespirable, hasta que la sublevación militar del 18 de julio y la guerra, acabaron con su Gobierno y con la República.  


Discurso de Manuel Azaña durante la presentación del Partido Izquierda Republicana 
Fotografía ©  Alfonso Sánchez García

Ensalzado por la izquierda y denostado por la derecha
Pero Manuel Azaña era y continúa siéndolo, la figura mas ensalzada por la izquierda y la figura mas denostada por la derecha política. Puesto que, como hombre de Estado estaba dotado de una lucidez  y sensatez que muy pocos políticos españoles del siglo XX poseían. Y como creador literario contaba con un estilo propio fuera de lo común.

Ecos lejanos y poco precisos
En plena dictadura franquista, tras la sublevación militar y la guerra, tan solo nos llegaban de él ciertos ecos, lejanos y poco precisos, sobre su figura política y su obra literaria.
Pero, tras la dictadura del general Francisco Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde, recién aprobada la Constitución Española, con el restablecimiento de la legalidad, las libertades y la democracia, afortunadamente cayó en mis manos un precioso libro que me evocaba los recuerdos mas cercanos de mi adolescencia y mi internado en un colegio de religiosos.


Portada del libro El jardín de los frailes, de Manuel Azaña editado por Alianza Editorial  

El jardín de los frailes
El libro se llamaba El jardín de los frailes, editado por Alianza Editorial. Un libro de relatos en el que prestigioso escritor Manuel Azaña, en una faceta literaria totalmente desconocida para mi, narraba, en primera persona, los recuerdos de su adolescencia transcurrida en el colegio de de los padres agustinos de San Lorenzo de El Escorial, Madrid. Me vi totalmente reflejado en ellos.
Unos recuerdos narrados con un estilo austero y elegante, impregnados del necesario distanciamiento que proporciona  la perspectiva del tiempo y con grandes dosis de ironía, que me evocaban mi internado, en los Hermanos de las Escuelas Cristianas de Santiago de Compostela, en donde cursé estudios de bachillerato.
Un libro editado en el año 1927, publicado en España en el año 1980. Un prodigioso relato, que contiene reflexiones de su adolescencia, pero sobre todo descripciones bellísimas, precisas, sencillas,  de los personajes que lo habitan, como la descripción hace del padre Blanco.

El padre Blanco
"Encaramado en la tribuna, un fraile joven, quebrado de color, escuálido, de boca rasgada y dientes desiguales, nariz aguileña y ojos saltones entrevados de sangre, daba suelta a su elocución caudalosa. De voz insegura, tan pronto ronquilla y velada como chillona  y metálica, entre gallos y rociadas de saliva, con el tropel de palabras que le salía de la boca trompicada.
Era el padre Blanco, uno de los brotes más lozanos que ha dado en nuestra época el añoso tronco agustino".

Una rígida educación sexual y religiosa
El libro, traza también, la trayectoria psicológica de un adolescente sometido a una rígida educación sexual y religiosa, sus sensaciones y su estado de ánimo:
"En el aula hostil, la luz cenizosa de noviembre pesaba en los párpados. A tales horas ya nos rendía el cansancio cotidiano. Esforzábamos la atención para no sucumbir al tedio o al sueño. La lección del padre Blanco era, no obstante, soportable como ninguna porque hablaba de cosas inteligentes y amenas cuya inserción  con nuestra sensibilidad personal veíamos patente".

La critica literaria
También describe la aceptación de la crítica literaria por parte del padre Blanco:
"Teníanle los suyos por crítico literario de primer orden y ponderaban sus arremetidas contra El Clarín, para los frailes arquetipo del impío".

La opinión de los estudiantes
La opinión que tenían los estudiantes sobre el padre Blanco:
"Dentro y fuera de clase era el padre Blanco parlanchín y burlón. Los estudiantes le llamábamos fray Sátira. Murió algunos años después."

Primeras experiencias sexuales
También contiene su libro sus primeras y tempranas experiencias sexuales, aderezado todo ello con certeras reflexiones sobre la reciente historia de España y el ser de los españoles.
En este aspecto, sobre el ser de los españoles, dedicó dos volúmenes, a los que denominó: En el poder y la oposición,

La velada en Benicarló
También es famoso su libro: La velada en Benicarló, una obra teatral escrita en la frontera con Perpiñán, camino al exilio. En ella, varios personajes debaten sobre la tragedia que vivía España.
Una reflexión sobre la invasión extranjera en España durante la guerra.

La participación extranjera en la guerra
A él nunca le gustó llamar guerra civil, lo que para él era una clara participación extranjera, en la guerra española, de la Alemania nazi de Hitler y la Italia fascista de Benito Musolini, lo que inclinó el resultado de la contienda hacia el lado de las tropas sublevadas franquistas.
Igualmente redactó varias Memorias Políticas y sobre La Guerra, que se publicaron en el año 1978, algunos años después de su muerte.


Los cuadernos robados. Editados por  Editorial Crítica

Premio Nacional de Literatura
En el año 1926 publica su ensayo biográfico sobre Juan Varela, con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura,
Un ensayo, sin perjuicios ideológicos, de la supervivencia de estereotipos sobre España, que unde sus raíces en la realidad de un país.

Otros ensayos
También, en el año 1934 publicó varios ensayos literarios en vida, como La invención del Quijote y otros ensayos, como Mi rebelión en Barcelona.

Los Cuadernos Robados
Algo mas tarde, en el año 1997, se publicaron Los Cuadernos Robados,  llamados así porque le fueron robados en el año 1936, en Ginebra, por un diplomático de su confianza, que los puso al servicio del general Francisco Franco.
Los Cuadernos Robados son las reflexiones y memorias que escribió, en un cuaderno, cuando estaba al frente del Gobierno de la República, en donde relata trece meses intensos, escritos sin pausa, de la historia de España, entre los años 1932 y 1933.
Nunca llegó a verlos publicados en un libro. Fallecería cuatro años después en el exilio, a la temprana edad de 60 años, en Francia, en una habitación del hotel Midi, costeada por el Gobierno mexicano, de la ciudad de Montauban,  una pequeña localidad francesa próxima a los Pirineos, el día 4 de noviembre del año 1940.

Enterrado con una bandera mexicana
Lo enterraron al día siguiente de su muerte, cubierto con una bandera mexicana, al no permitir las autoridades del lugar hacerlo con una bandera republicana española, como pretendían sus mas allegados. 


Manuel Azaña. Discurso sobre la paz, la piedad y el perdón.
Barcelona. 18 de julio del año 1938, Fotografía © Alfonso Sánchez García   

Brillante oratoria
Pero, además de los varios escritos publicados en los medios de comunicación y en las revistas literarias, en donde verdaderamente Manuel Azaña brillaba, con luz propia, era en sus locuciones radiofónicas y en los discursos que pronunciaba en los números mítines que dio, en  todos los numerosos recintos, que abarrotaba siempre, a donde la gente acudía, en masa, desde todos los puntos de la geografía de España, a oír la oratoria de un orador brillante, directo, preciso y contundente.

Su última locución radiofónica
En este aspecto, es memorable su trágica locución radiofónica de las 00:00  horas, en la noche del día 23 de julio del año 1936,  en momentos de enorme gravedad para España, consumada la sublevación militar contra la República por parte de un sector del Ejército, con el apoyo de la Iglesia Católica y las oligarquías.
Discurso lleno de enorme dramatismo, pero con palabras llenas de enorme sensatez, clarividencia y compromiso,  mientras las unidades del Ejército Español fieles a la República, junto a miles de hombres y mujeres anónimas combatían, calle por calle, tratando de defender la República.

Su no violencia
Discurso emitido desde el mismo Palacio Presidencial, que fue retransmitido en directo a toda España, "para enviar unas palabras de aliento y de gratitud a todos aquellos que, con entusiasmo y heroísmo, defienden la causa de la Ley y las libertades, que es la causa de la República", según sus propias palabras.
Discurso en el que destacó "la fortaleza del pueblo español ante las adversidades", puesto que  "el pueblo español es indomable en su corazón".
Un discurso bien construido, bien redactado, comunicado y directo. Toda una lección de tolerancia, en donde puso el acento en la no violencia, en unos momentos de enorme gravedad y violencia:
"Cuando se ha desencadenado contra el poder legítimo de la República una agresión sin ejemplo, no diré una palabra mas de violencia".
"Cuando toda la conciencia nacional, sin distinción de ideas políticas ni de partidos, cuando la conciencia de toda persona delicada y conocedora del impulso del deber está escandalizada por el hecho cometido, yo no voy a decir nada que agrave el hecho mismo, ni escandalice mas".
"Voy a decir solamente palabras de aliento y gratitud".


Manuel Azaña, rodeado de militares, durante un homenaje se le rindió en A Coruña en el año 1932.
A la derecha se encuentra el general golpista Francisco Franco. Fotografía © Alfonso Sánchez García

El desconocimiento del pueblo español por parte de los golpistas
"Los que han promovido este golpe de fuerza contra el poder público, esta agresión contra la Ley, este alzamiento en armas, no conocen al pueblo español a quien pretenden sojuzgar".
"Nosotros, los españoles, no queremos ser esclavos de nadie. Hace mas de un siglo, el pueblo español escribió la epopeya de su independencia".
"En estos días, el mismo pueblo, por los mismos procedimientos y, en circunstancias maravillosamente parecidas a las de entonces, está escribiendo la epopeya de su libertad".
"Un país independiente, un país libre, es decir, República, es lo que quiere ser España".
Afirmó.

Su último discurso
El último de los discursos políticos conocidos de Manuel Azaña, fue el llamado el de las tres pes:
La de la Paz, la de la Piedad y la del Perdón, fue pronunciado en Barcelona, el día 18 de julio del año 1938.
En su locución se desprende, de una forma clara y diáfana, que conoce muy bien la realidad internacional y es sabedor de las escasas posibilidades que la República tiene de ganar la guerra. Y, sus primeras palabras, las mas sinceras y emotivas, son para los que luchan en la primera línea del frente de batalla.


Consejo de Ministros presidido por Manuel Azaña. Fotografía © Alfonso Sánchez García

Aborda directamente los problemas y a los intereses de la nación
"Cada vez que el Gobierno de la República ha estimado conveniente que me dirija a la opinión general del país lo he hecho desde un punto de vista intemporal, dejando a un lado las preocupaciones mas urgentes y cotidianas, para discurrir sobre los datos capitales de nuestros problemas, confrontados con los intereses permanentes de la nación. A pesar de todo lo que se hace para destruirla, España subsiste".

Analiza en profundidad la intervención internacional en la guerra civil
"Llamo en primer término vuestra atención sobre un hecho que todos conocéis. De todas las fases que han ido pasando este drama español, la que hoy predomina y absorbe a todas las demás es la fase internacional. El drama español  surgió, aparentemente, con los caracteres de un problema de orden interior de España, como un gigantesco problema de orden público. Todos los gobiernos de la República se han esforzado por situarlo así".
"Pero el ataque a mano armada contra la República descubrió pronto su aspecto de problema internacional. ¿Lo descubría porque unos grupos sociales o unas fuerzas políticas o las fuerzas armadas del Estado se rebelaban contra el régimen establecido? No.
Se rebelaba esta fase, porque otros estados europeos, principalmente Alemania e Italia, acudían decididamente, con hombres y material, en apoyo de los que atacan violentamente a la República".

El apoyo
"¿Y, por qué les prestaban este apoyo? ¿Acaso por pura simpatía política o por una cruzada ideológica?
No. En el fondo, al Estado alemán y al Estado italiano les importa muy poco cuál es el régimen político de España".
"Les prestan ayuda para incorporar a España, con todo lo que España significa, a pesar de su debilidad militar, al sistema que nace en Roma".
"Delante de esta situación, ¿qué ha hecho el Gobierno de la República? ¿Acaso declarar la guerra a Alemania  y a Italia?
No. Han ido con su derecho a las instituciones internacionales creadas para el mantenimiento de la legalidad internacional".


Manuel Azaña. Presidente de la República en una pintura al óleo 

Nadie quiere una guerra general  
"Es calumnioso y desatinado afirmar que el Gobierno de la República ha buscado, ha deseado una guerra general para disolver en ella nuestro problema nacional.  Sería una táctica equivocada atosigar a los demás, con los peligros que corren una u otra política. Es impertinencia tratar de explicar a los demás en que consiste su interés nacional. Ya ellos lo saben muy de sobra".
"Sería pueril creer que la política internacional de un país puede fundarse en la semejanza o diferencia de los regímenes políticos. La política internacional de un país está determinada por datos inmutables o de muy difícil mudanza, y por debajo de los regímenes políticos. Hay valores de otro orden que los rebasan y que, en realidad, los subyugan. Me excuso de poner ejemplos del exterior que son bien palpitantes y están en la noticia de todos".

En favor de la paz y la independencia
"La República ha hecho la misma política internacional que la monarquía y por iguales razones, para una inteligencia común en favor de la paz y la protección de la independencia de cada uno."
"Es absolutamente absurdo suponer, que nadie, con responsabilidad en la República española, ha tenido el pensamiento ni el deseo de zafarse del conflicto nuestro interior provocando una conflagración europea."  

Daño irreparable
"El daño ya está causado, ya no tiene remedio. Todos  los intereses nacionales son solidarios, y, donde uno quiebra, todos los demás se precipitan en pos de su ruina, y lo mismo le alcanza al proletario que al burgués, al republicano que al fascista. A todos alcanza por igual".
"Durante cincuenta años, los españoles están condenados a pobreza estrecha y a trabajos forzados si no quieren verse  en la necesidad de sustentarse de la corteza de los árboles".
"Esto ya no tiene remedio. Y añádase  a eso la presencia de las tropas extranjeras en España que se notarán en el terreno económico"
"Las sumas gastadas por Alemania e Italia en España no las perdonarán, como les ocurrió a algunas de las naciones vencidas en la gran guerra hasta que se declararon en quiebra, porque España en esas condiciones sería una nación vencida y sojuzgada".

Algunos citan casi diariamente a Manuel Azaña
Numerosas partes de este último discurso, de otros muchos e incluso numerosas citas, algunos líderes políticos y militantes de ciertos partidos políticos, tanto de izquierdas como de derechas, con responsabilidades institucionales y del arco parlamentario, lo usan a diario en sus discursos y sobre todo, en el Hemicisco. A a veces, por impostura, sin saber muy bien la razón del porqué.

De izquierdas y de derechas
No hay nada mas peculiar en el Congreso, en el transcurrir del día a día de la vida parlamentaria, que escuchar citar a Manuel Azaña en boca de la derecha. Puesto que los de la bancada de la izquierda de la cámara lo citan menos y siempre de pasada, como si se excusaran con un: "Como decía Azaña". Y los que acaban de llegar, los parlamentarios que todavía sienten la enorme presión del Hemicisco, suelen referirse a él por: "Don Manuel Azaña", puesto que, como ya se sabe, poner un don, antes del nombre, es una práctica respetuosa y distante a la vez.  Entre el familiar abrazo y el saludo distante.
Otros, lo citan por su nombre completo: Manuel Azaña Díaz.
Añaden el segundo apellido de Díaz, al nombre ya consabido, para aliviar la enorme presión mediática.

Se han vertido contra él palabras muy gruesas
Es bien conocido que Manuel Azaña fue demonizado, machacado, utilizado. Que contra él se han vertido las palabras más gruesas para que su nombre, su prestigio, sus escritos; sus discursos, sus numerosas citas, sus mítines, su figura y hasta su recuerdo, fuese eliminado sin dejar rastro.

Un orador de los que escasean     
Manuel Azaña Díaz fue militante del Partido Reformista, fundador del Partido Izquierda Republicana, presidente de la Segunda República Española. Doctor en leyes por la Universidad de Madrid, con su tesis "La responsabilidad de las masas".
Un hombre de enorme lucidez y sensatez.
Brillante como escritor y como orador. De los que escasean..
Nos dejó hace ochenta años, joven, a la obscena edad de 60 años.
La política y su amor por la literatura, fue una constante lucha personal entre su vocación política y su vocación literaria.

Escrito en la tarde noche del lunes 10 de febrero del año 2020. En el 80 aniversario del fallecimiento del prestigioso escritor, orador, político, presidente de la República, Manuel Azaña. En el 140 aniversario del nacimiento de un ser dividido entre su vocación política y la literaria.

© Roberto Cerecedo. Todos los derechos reservados. Queda rigurosamente prohibida su reproducción total o parcial, por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, o Internet, sin autorización expresa por escrito del titular del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes.