domingo, 5 de julio de 2009

BICICLOS SIN MOTOR



La conversación
Conversación con la atenta funcionaria de turno del Ayuntamiento, del Adjuntament, del Concello.
-Verá, me he comprado recientemente una bicicleta de paseo. Pequeña. De esas, para circular por la ciudad.
-¿Cómo las que ofertan el diario El País o el Abc?.
-Efectivamente. De esas plegables, que se pueden llevar a cualquier parte.
-Las conozco. Me llamará entonces, para preguntar sobre la seguridad vial.
-Si. Es Vd. Muy amable. Tengo ya cierta edad, aunque un espíritu joven. Y como bien sabe, lamentablemente, no tenemos una cultura arraigada en nuestro país en el uso bicicleta, como medio de transporte en las grandes ciudades. Cosa que si ocurre en los países de nuestro entorno europeo.
Como conoce, el anterior alcalde de la ciudad de Londres, el laborista Ken Livingstone, se trasladaba desde su domicilio al ayuntamiento, en su bicicleta.
Y lo peligroso que supone, en ciudades como Barcelona o Madrid, competir con los vehículos a motor y motorizados. Y no querría poner en peligro mi físico. Ni tampoco, claro, el de los viandantes.
-Le entiendo perfectamente. Le leo, -dijo, mientras consultaba un libro bien gordo, como el de Pepete, sobre la normativa de circulación:
Los biciclos sin motor, de tracción humana, esto incluye los voluminosos coches de los niños de ahora, a tres o cuatro ruedas, -me dijo, pueden, siempre que no haya un carril habilitado para ello, circular por las aceras. Siempre que éstas tengan una longitud mínima de tres metros.
-Me alegra oírlo. Pero lamentablemente, en Madrid, en donde resido habitualmente, la mayoría de las aceras, no llegan a esa longitud.
-Eso no es culpa suya. Le leo la normativa: Las ciudades y capitales de provincia, de una población de mas de dos millones y medio de habitantes, están obligados a tener una superficie peatonal de mas de tres metros, para el tránsito de ciudadanos y biciclos sin motor. Por lo que la ciudad que no disponga de ellas, incumple la normativa.
-De lo que se entera uno.
-Pues si. La ley está para que se cumpla. Y es muy clara en ese sentido.
Vaya pues Vd. tranquilo. Eso si, despacio. Aunque no creo que con una bicicleta de paseo, pequeña, plegable, pueda ir Vd. muy deprisa. Con mucho cuidado, para no hacerse daño, ni tampoco atropellar a los despistados viandantes. Y provisto, por favor, de un buen timbre. Y nadie podrá decirle nada.
- Muchísimas gracias por la información. Ha sido Vd. muy amable. Así lo haré.

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