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La interminable comitiva fúnebre a su paso por la Plaza de Colón.
Fotografía © Roberto Cerecedo
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Blas Piñar. El Bombita
Al desaparecido notario
madrileño Blas Piñar López, fallecido el pasado año, el más fiel guardián de la
ultraderecha en España, más conocido por El Bombita, más conocido por sus
fechorías de varios de sus correligionarios y guardaespaldas, le gustaba
rodearse de intelectuales.
Tres, de los
que Blas Piñar calificaba de intelectuales, formaron parte de la pandilla de
asesinos que cometió la execrable matanza de los abogados laboralistas de la
calle Atocha de Madrid.
Figura de la Fiesta Nacional
Como certeramente
nos lo recordó el mítico periodista y escritor, Francisco Cerecedo en sus
Figuras de la Fiesta Nacional en el libro La Última vez que nací, Ediciones B, colección
Memorama, recopilado por su hermano Roberto Cerecedo, a Blas Piñar le gustaba rodearse de intelectuales:
Blas Piñar y sus intelectuales
A Blas Piñar
López, Bombita, matador que, al igual que lo hicieran en su época los diestros
Juan Belmonte y Domingo Ortega, gusta rodearse de intelectuales. Baste
recordar, entre sus mas célebres contertulios de los últimos tiempos, a José
Fernández Cerrá –autor de la Crítica de la razón pura-El ser y la nada-,
Fernando Lerdo de Tejada –Sobre la esencia-, y José Ignacio Fernández Guaza –El
discurso del método. En este ambiente de general aprecio a la cultura que se
respira en el entorno del Bombita, contra lo que pudiera parecer, no ha dejado
de causarle problemas. Finalmente solucionados, justo es reconocerlo, por la
encomiable comprensión de las autoridades hacia las cuestiones del intelecto.
Afición por la lectura
Y así describía
mi hermano Francisco “Cuco” Cerecedo la afición de Blas por la lectura:
En
ocasiones, en el apasionamiento de tales tertulias taurinas, discutiendo algún
lance o alguna fecha, los incondicionales del diestro Blas Piñar no han
vacilado en abandonar la reunión, incluso por la noche, y dirigirse a cualquier
librería, rompiendo los escaparates, para solventar sus ansias de conocimiento.
La violencia de sus seguidores
O la violencia de
sus seguidores:
“Las corridas en donde interviene Bombita siempre suelen tener
el mismo final apoteósico y polémico: nada mas arrastrado el enemigo, los
peones de Blas Piñar recorren los tendidos, estoque en mano, y obligan a
levantar el brazo a los espectadores pidiendo las orejas, mientras entonan un
alegre pasodoble. La crítica ortodoxa protesta por los métodos de la cuadrilla
de Bombita, que considera anti taurinos, pero Blas, por sus conexiones
intelectuales, sabe defenderse: Esta campaña nos produce el orgullo de sabernos
elegidos para llevar la cruz por Dios y por la Patria.
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Salida de los féretros del Palacio Justicia, con la bandera a media
asta.
Fotografía © Roberto Cerecedo
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El entierro. Un multitudinario acto de reconciliación y de paz
El entierro de tres de los abogados laboralistas de la calle Atocha de Madrid, vilmente asesinados por José Fernández Cerrá, Fernando Lerdo de Tejada y José Ignacio Fernández Guaza, a las diez y media de la noche del día 24 de enero de 1977, hace hoy exactamente 39 años, fue el más impresionante acto de solidaridad y repulsa que se celebró en la capital de España. Y, sin duda, el acto más multitudinario que organizó la oposición al franquismo, como sentido homenaje a quienes dieron, con su muerte, su último aliento a la reconciliación y a la paz entre todos españoles.
La nómina de asesinos
De los tres asesinos,
juzgados, condenados y confesos, Carlos García Juliá, que estaba encarcelado
por tráfico de drogas en Bolivia, se escapó durante un permiso. José Fernández Cerrá
salió en libertad condicional, tras cumplir quince años de prisión. Y Fernando Lerdo de Tejada, está
actualmente huido de la justicia y en paradero desconocido, aprovechando
igualmente un permiso penitenciario de fin de semana concedido por el juez
Rafael Gómez Chaparro.
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Blas
Piñar y Carlos García Juliá. Fotografía © Diario 16
La
Fiesta de Blas
Nunca se
arrepintieron. Y, como en una macabra Fiesta de Blas, cada veinticuatro de
enero los autores de la Matanza de Atocha celebraban en prisión su hazaña con
una buena mariscada. Y los autores de aquella execrable matanza volvían a sus
celdas con sus estómagos agradecidos y con una copa de más. Nunca, nunca, nunca,
ninguno de los reclusos con los que compartían celda, patio o prisión, ni los
funcionarios, ni el mismísimo alcaide, les pusieron trabas para poder
celebrarlo.
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Fernando Lerdo de Tejada. Fotografía © Ministerio Interior |
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José Fdez. Cerrá. Fotografía © Ministerio Interior |
No consiguieron su propósito
Pero los asesinos,
sus incitadores y sus protectores no consiguieron su propósito. Y miles de personas
salieron a la calle aquel miércoles 24 de enero de 1977 y dieron un último
hasta siempre a las víctimas de la calle Atocha, en perfecto orden y organizado
por el Partido Comunista de España
PCE que dirigía Santiago Carrillo.
Porque si, al por
entonces Ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, aparentemente, le
faltaban policías para evitar la masacre, al Partido Comunista de España y
demás partidos de izquierdas les sobraban militantes para montar un efectivo
servicio de orden.
Y con brazaletes rojos
y los brazos entrelazados, el servicio de orden rodeó la Capilla Ardiente, instalada
en el Palacio de Justicia.
En el centro de la imagen, los Secretarios Generales de los Sindicatos de la Unión General de Trabajadores UGT y de Comisiones Obreras CCOO. Nicolás Redondo y Marcelino Camacho. Fotografía © Roberto Cerecedo
Capilla ardiente
Capilla ardiente
fue instalada en el Palacio de Justicia, dentro del propio Colegio de Abogados, de
una a cuatro de la tarde del miércoles.
Capilla ardiente que se consiguió gracias al consenso, a
los esfuerzos y a la fructífera negociación de destacados personajes políticos
integrantes del Colegio de Abogados, como Felipe González Márquez, Secretario
General del Partido Socialista Obrero Español PSOE, Enrique Tierno Galván,
Secretario General del Partido Socialista Popular PSP, Joaquín Ruiz Jiménez, de
Izquierda Democrática ID o Joaquín Satrústegui, monárquico liberal, con el
Presidente Adolfo Suárez González.
Ya que el
Gobierno de la Nación, presidido por Suárez, temía que, aquella misma noche,
pudiera producirse un fatal desenlace de los secuestros del Presidente del
Consejo de Estado, Antonio María Oriol y Urquijo y del Presidente de Justicia
Militar, Teniente General Emilio Villaescusa, en poder de los GRAPO y
consideraba peligroso un velatorio de mas de veinticuatro horas.
El Partido Comunista organizó y garantizó el funeral y el orden
Santiago Carrillo
Tal fue así, que
media hora antes del entierro llegó Santiago Carrillo, el Secretario General
del ilegal Partido Comunista de España PCE, que fue llevado, casi en volandas, por una
docena de guardaespaldas. Y aquel grupo compacto se movía por los pasillos y
las salas del Palacio de Justicia como un hermético tanque humano. Y pudo, a
pesar de las numerosas personas que se apresuraban a saludarle, presidir durante varios minutos, la capilla ardiente, arropar a los desconsolados familiares,
compañeros, amigos y departir con el Presidente del Colegio de Abogados, Pedrol
Rius.
El grito, de un
silencio espeso, respetuoso, impresionaba enormemente y cortaba el aire de esa
fría mañana de enero y se hacia mas patente en los rostros, ojos y hasta en
las gargantas silenciadas de familiares, abogados, compañeros y amigos. No hubo
intento de ruptura de dolor, gritos o de aplausos. Tan
solo se apreciaba el ruido cansino del rotor de las hélices de los helicópteros
de la policía de tráfico, que se
había encargado de cortar el tráfico en toda la zona.
Quedaba el
silencio. Tan solo cortado por el grito silencioso de un numeroso bosque de
puños en alto y de las numerosas coronas. No cabían más coronas dentro del
Palacio de Justicia, que llegaban en grandes oleadas de todos los partidos
políticos de la oposición democrática, de sindicatos, de profesionales, obreros,
de un sin fin de movimientos ciudadanos: asociaciones de vecinos, de amas de
casa, clubs juveniles. No en vano, el prestigioso y solidario Despacho Laboralista
de la Atocha llevaba años asesorando eficazmente y defendiendo a numerosos
profesionales, obreros y a infinidad de movimientos ciudadanos. Eran un puñado
de personas solidarias y machadianas. En el más amplio sentido de la palabra
buenas.
Como se sabe, a
eso de las diez y media de la noche, los tres intelectuales de extrema derecha:
Juliá, Cerrá y Lerdo aparcaron su impecable,
pulcro y limpio automóvil utilitario frente al número 55 de la calle de Atocha
de Madrid y subieron precipitadamente escaleras arriba hasta el Despacho
laboralista. Allí preguntaron por el sindicalista Antonio Navarro, que se
encontraba en la cafetería del inmueble y comienzan a disparar sus pistolas Parabellum semiautomáticas
y sus Browning Star contra los presentes. Resultando asesinados los abogados
laboralistas que estaban en ese
momento en el despacho: Javier Benavides, Javier Sauquillo y Enrique Valdevira.
Y el estudiante Serafín Holgado y el administrativo Ángel Rodríguez. Y resultaron heridos de gravedad, al ser afortunadamente
protegidos por los cuerpos de sus compañeros abatidos, al caerles encima: Lola
González Ruiz, Alejandro Ruiz-Huerta y Luis Ramos.
© Roberto Cerecedo. Domingo 24 de enero de 2016. Todos los derechos reservados.
Queda rigurosamente prohibida su reproducción total o parcial, por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía, Internet o el tratamiento informático, sin autorización expresa por escrito del titular del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes.
Escrito
en Madrid, en la tarde noche conmemorativa del Treinta y Nueve Aniversario de
la Horrible Matanza Laboralista de la calle Atocha Madrileña, ocurrida el miércoles 24 de enero de 1977, a las 22:30 horas, a las diez y media de la noche.
...vaya artículo tan bien documentado e ilustrado!
ResponderEliminarMuchas gracias Roberto.
Un abrazo,
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REPORTEROS SIN FRONTERAS, SECCIÓN ESPAÑOLA
Florence Turbet-Delof
Directora de Comunicación y Relaciones Institucionales
Enhorabuena! Eres un crack!
ResponderEliminarTu amigo.
Jorge Rosenvinge
Www.retrofoto.es
Muy bueno el artículo y las fotografías.
ResponderEliminarUn abrazo.
Santiago Gómez Esteban. Madrid
Madrid. Lunes 28 de enero de 2019 por Redacción Fundación Nacional Francisco Franco
ResponderEliminarHay que ser muy miserable, como el tal Roberto Cerecedo del cual no tenía el gusto de conocer nada de su trayectoria hasta esta mañana, que lamentablemente me ha llegado al Whatsapp un artículo sobre la matanza de Atocha en la que involucra a Blas Piñar con adjetivos no voy a reproducir y por supuesto, no voy a enlazar el artículo para no dar visitas y publicidad al medio a permitido semejante bazofia.
Curiosamente el lunes se cumplió el 4º Aniversario de la muerte del Notario y político, Blas Piñar porque sus familiares, sus seguidores y amigos no olvidan a quien usted descalifica en semejante artículo fue un hombre recto, un católico ejemplar y un español por los cuatro costados, de los que les dolía España hasta el último día de su vida.
No sería de extrañar, que la familia tome medidas contra usted, por difamaciones de quienes aprovechan cualquier noticia para sus oscuros objetivos. Y respecto a la famosa "matanza de Atocha" podía rascar un poquito más el tal Cerecedo (por cierto, colaborador de Qué, El Mundo Diplomático, Tiempo, Cambio 16,...no digo ná) y como en todo atentado para saber quién está detrás o quién encubre o ayuda y quién sale beneficiado de la acción. A mi en la respuesta me sale el Partido Comunista de España PCE.
El crimen fue execrable. No lo dudo. Y aún así para matar a hombres desarmados hay que ser muy hombre. Malo, pero hombre, pero para seguir aprovechándose de la sangre vertida hay que ser cualquier otra cosa, menos hombre.
Firmado: Fundación Nacional Francisco Franco. FNFF.
Avda, Concha Espina, 11, 3º 28016 Madrid
Soy un persona joven, criado en la democracia y las libertades, proveniente de una familia media acomodada, votante de derechas, conocedor de nuestra historia y consciente de que el bienestar, las libertades y nuestra democracia no vienen solas, que hay que ganarlas todos los días.
ResponderEliminarPor eso es muy sorprendente que en una democracia como la nuestra se permitan Fundaciones como la de Francisco Franco y mausoleos a dictadores pagados por todos los españoles de bien, algo que no ocurre en ningún país del mundo.
Algo estamos haciendo mal.
Gracias por su atención.
Saludos.
Alfredo Serrano, estudiante, fin carrera, de económicas.
Muchísimas gracias por su excelente artículo señor Cerecedo.
ResponderEliminarHoy, martes 24 de enero de 2023, a las 22:30 horas, hace exactamente 46 años, se cumple la terrible Matanza de los Abogados Laboralistas de Atocha, a los que tanto debemos. Pero, a nuestro pesar, todavía tenemos que soportar la existencia, sustentada con fondos del Estado, de la Fundación Francisco Franco, a pesar de la Ley de la Memoria Histórica en vigor. Y que el Secretario General de dicha Fundación publique en la red, impunemente, con el beneplácito de Google, un comentario poco edificante a favor de la hombría de los autores de aquella matanza, con serios insultos y gravísimas amenazas contra su persona.
Las autoridades españolas y Google, en sus múltiples buscadores, no deberían permitir la publicación de semejante artículo de dicha Fundación. Pero sobre todo, deben protegernos contra los que promueven la violencia y sienten nostalgia del franquismo.
En Alemania o en Italia, no se permite la exaltación de Hitler o de Mussolini y la democracia española tiene más de cuarenta años y medios legales para ello.
Saludos cordiales.
AGM, jubilado