martes, 9 de junio de 2009

IL CAVALIERI. LA GRAN CAGATA


La inocencia de Il Cavalieri. Photo: Diario El País.com

Cabalgantti, cabalgantti, cabalgantti, cabalgantti y, di pronti, forti dolori bajo ventri.
Bajo cabalo, bajo pantaloni, bajo calchonchetti, un pequeño esforzo e ¡pumba!. ¡Un peti!
Subo calchonchetti, subo pantaloni, monto cabalo y,
cabalgantti, cabalgantti, cabalgantti y di pronti, forti dolori bajo ventri.
Bajo cabalo, bajo pantaloni, bajo calchoncheti, un pequeño esforzo e pumba. ¡Un peti!
Subo calchoncheti, subo pantaloni, monto cabalo y,.
cabalgantti, cabalgantti, di pronti, forti dolori bajo ventri.
No bajo cabalo, no bajo pantaloni, no bajo calchoncheti, un pequeño esforzo e ¡pumba!: ¡La gran cagata!. Emperador romano Julio César. Siglo III, antes de Cristo, dixit.

Diccionario. Nota al pie: 
(Cabalgantti= Cabalgando, di pronti = de pronto, forti dolori bajo ventri = un fuerte dolor bajo el vientre,
cabalo = caballo, pantaloni = pantalón, calchonchetti = calzoncillo, 
esforzo = esfuerzo,  peti = pedo, cagata = cagada)

La privacidad y el derecho a la información
La línea divisoria, como la vida misma, entre la privacidad y el derecho a la información, siempre ha sido muy frágil. Y es muy difícil de establecer los límites, de la una y del otro.
Yo mismo me he visto, entre la espada y la pared, cuando los compañeros de información han tenido la enorme generosidad de invitarme a participar en diversos foros de debate escritos y audiovisuales sobre el tema. 

La intimidad personal
No me ocurre, no me ha ocurrido lo mismo, cuando he tenido que hacer declaraciones  o participado en alguna mesa redonda sobre el Derecho al Honor, la Intimidad Personal y Familiar, el Derecho a la Propia Imagen o sobre la libertad de Expresión. O cuando, recientemente, ha recabado mi opinión una conocida y sobresaliente magistrada sobre la intimidad personal. 
El Derecho a la Intimidad personal acaba, le dije, en la intimidad del hogar.

Paseo en porretas
Pero hete aquí, que don Silvio Berlusconi, magnate de la prensa italiana, más conocido popularmente por Il Cavalieri, cabalgantti, cabalgantti, cabalgantti, nos lo ha puesto mucho mas fácil.
Es muy de agradecer que el Presidente de la República Italiana, la mas alta responsabilidad del noble Estado Italiano, nos haya abierto las puertas de su domicilio y se haya paseado en porretas, a la vista de todos, con sus adorables jóvenes ninfas y con mas de una docena de invitados, todos en porretas, por los jardines de su espléndida mansión de Villa Certosa en la isla de Cerdeña.

Hay que felicitar, muy efusivamente, al periodista gráfico Antonello Zappadu
En este sentido, hay que felicitar, muy efusivamente, al periodista gráfico Antonello Zappadu que tomó las bellas imágenes del Presidente en porretas. A la prensa italiana por denunciar el escándalo. También al Il Cavalieri, por mostrar al gran público la intimidad de sus fiestas privadas. Poco importa que ellas sean bailarinas, o presentadoras de televisión, como se ha especulado o que incluso algunas hayan cobrado mil o dos mil euros, por jornada. 

Hay que felicitar también al Diario El País.com
También felicitar al diario español El País, por la publicación de las fotografías en exclusiva.

El respeto a la prensa
También hay que felicitar  a Il Cavalieri por abrirnos las puertas de su casa, puesto que no se ha distinguido, precisamente, por el respeto a los periodistas, a la democracia y a la libertad de expresión.

Paseos inocentes
El propio Il Cavalieri no ha dudado en trivializar los hechos, calificando estos paseos suyos y de sus invitados en porretas de "paseos inocentes".

Nada vergonzoso
Tambien, el que todos sus invitados, que han sido transportados a su finca en aviones oficiales, "no hayan efectuado nada vergonzoso".

Un bello fragmento de la dulce vida italiana
Las fotografías, de interés público, de personajes públicos, son un  bello fragmento de la vida de Italia en tiempos difíciles.

Instrucciones al Fiscal General del Estado
Mas ha bastado un breve paseo a cabalo por su finca  y el sentir de un forti dolori bajo ventri, para que Il Cavalieri diera precisas instrucciones al Fiscal General del Estado italiano, para que prohibiera la publicación de las fotografías de los inocentes y poco vergonzosos paseos con sus invitados y para iniciar una denuncia contra el diario El País por la publicación de las citadas imágenes.

La gran cagata
Cabalgantti, cabalgantti, cabalgantti, y, Il Cavalieri no se bajó del cabalo, no se bajó el calchonchetti, hizo un pequeño esforzo e ¡pumba!¡La gran cagata!

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2 comentarios:

  1. Un gran artículo, maestro. Se nota que tienes buena madera.

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  2. Un gran artículo, maestro. Se nota tienes buena madera. Raúl del Pozo

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