viernes, 16 de octubre de 2015

NUEVOS SÍMBOLOS PARA NUEVOS DRAMAS

Dibujo ©  Andrés Rábago. El Roto. Diario El País
 


Tan solo un par de segundos
Hace ya algunos años, al periodista gráfico  vietnamita Huynh “Nick” Cong, de la agencia de noticias estadounidense Associated Press, tan solo le bastaron un par de segundos, una fuerte vocación, enorme concentración, un sentido innato de la información, un acusado sentido de la composición, años de formación, grandes dosis de paciencia, capacidad de sacrificio y muchos años de oficio a sus espaldas,  para capturar la imagen que le valió el premio, dicen, mas prestigioso del mundo: El Premio Pulitzer de Periodismo. 
Y la protagonista de la imagen, la joven niña vietnamita Kim Phuc huyendo desnuda, despavorida, abrasada por el Napalm estadounidense, por la Autopista Uno de Saigón, la capital de Viet Nam, se convirtió en un drama poderoso con el poder trabajar por la Paz.
Y detrás de esta información cruda, pero no por ello menos real, de esta instantánea capturada en el caos de una guerra, habita todo un símbolo: El de una nueva víctima de la barbarie humana.

 
Un grito desgarrador
Dicen, que instantes antes, la pequeña Kim escuchó el grito desgarrador de advertencia de un soldado estadounidense:
¡Tenemos  que desalojar este lugar! ¡Bombardearán con Napalm y estaremos enseguida todos muertos! Y que, segundos después, la pequeña Kim escuchó un  enorme estruendo mientras los aviones estadounidenses dejaban caer el Napalm devastador. Y los árboles  vietnamitas se convirtieron en enormes antorchas, y que la pequeña Kim notó un calor infernal y vio como a cada estallido, las bombas vomitaban enormes llamaradas anaranjadas en todas las direcciones. Y que lloró de pavor, dolor y miedo al sentir las llamas que le derretían sus ropas y quemaban su cuerpo, mientras corría despavorida por la autopista antes de perder el conocimiento y caer desmayada.





Kim Phuc. Niña vietnamita abrasada por el Napalm estadounidense
Foto © Huynh “Nick” Cong. Associated Press


El visor de la cámara empañado por el dolor 
Tampoco Nick, el periodista gráfico vietnamita pudo evitar el llorar y que el visor de su cámara se  empañara de dolor mientras capturaba la imagen. Y cuando tomó a Kim entre sus brazos al llevarla al hospital. Y cuando regresó a la corresponsalía de la Agencia de Prensa Associated Press en Saigón, y revelar sus rollos Kodak Tri X y ver surgir la imagen de una niña desnuda en blanco y negro abrasada por las llamas. Porque temía, que la imagen que había tomado de Kim Phuc, fuera rechazada por la estricta política de la Agencia estadounidense contra la crudeza de las imágenes y los cuerpos desnudos.
Pero, el veterano editor gráfico de la Agencia en Viet Nam, Horst Faas, la vio y supo que era una fotografía extraordinaria de gran composición y enorme contenido periodístico. Y  su valor informativo y su calidad fotográfica hicieron que Associated Press la distribuyera y eso permitió que fuera publicada en la mayoría de los Medios de Información de todo el mundo.


El niño sirio Aylan Kurdi yace en la playa turca de Burnu.
   Foto © Nilüfer Demir. Agencia Dogan




Un niki rojo de manga corta y un pantalón corto azul marino
Ahora, de nuevo, después de aquella  cruda imagen de la niña vietnamita, de los niños famélicos de Biafra o de Somalia, del apartheid, de la cruel violencia israelita en los territorios ocupados palestinos, una nueva imagen nos convulsiona: La del niño sirio Aylan Kurdi, de tan solo tres años, con su pequeño niki rojo de manga corta y su pequeño pantalón corto azul marino, tendido sin vida en la arena, en la orilla del mar de la turística playa turca de Burnu.
Una nueva imagen, que se ha convertido en un nuevo símbolo del drama de los refugiados que huyen de la guerra, que nos provoca un enorme sobresalto y desasosiego, no exento de enormes controversias y emociones fuertes.

Una imagen vale más que mil ahogados
Y los periodistas literarios, radiofónicos y contertulios de los medios de comunicación tratan inútilmente de ordenar las palabras y buscar alguna explicación convincente al poderoso impacto del lenguaje visual de la imagen. Una imagen vale más que mil palabras. Se justifican.
Pero el inteligente, genial y creativo humorista gráfico, mejor amigo, Andrés Rábago, El Roto de el Diario El País, viene a poner luz y dispara certero: Una imagen vale más que mil ahogados.

Los periodistas gráficos suministran evidencia
La fotografía, el componente principal del periodismo gráfico, es un elemento fundamental  en la información y el conocimiento, pues responde al interés por lo inmediato y accesible que caracteriza a nuestro tiempo. Porque los periodistas gráficos suministran evidencia. Algo que nos han contado o sabemos de oídas, parece incuestionable cuando lo visualizamos en una fotografía. Por eso, en el Periodismo Gráfico, no es de recibo la manipulación digital como nos lo recuerdan diariamente  los Editores Gráficos y los profesionales. Y como en las guerras, en la barbarie de la vida cotidiana caen las máscaras, no hay tabúes, ni existen las hipocresías. Y el impacto poderoso del lenguaje fotográfico, a veces doloroso, llega  por igual al arquitecto, que al camionero, al médico, al taxista, al abogado, o al empresario dueño de una gran empresa.

El impacto visual de la imagen
Antes, después y ahora, nos han llenado de dolor poderosas imágenes de la crudeza de la guerra o de niños famélicos en Biafra y en Somalia. De otros momentos de libertad rotos a fuerza de horribles machetazos por el apartheid,  en los muros de la vergüenza. O en la destrucción indiscriminada y masiva de casas, aldeas, pueblos o ciudades enteras, propiciada por la fuerza de los buldózer o de las armas de última generación del ejército israelí con que son asesinados diariamente los ciudadanos palestinos en los territorios ocupado.



 

Un lenguaje directo y accesible sin codificar
En la palabra, en el lenguaje escrito, se puede comprobar hasta donde llega su efecto. Al contrario de la fotografía que no se sabe a ciencia cierta el efecto que produce su visión. No se puede decir con rotundidad que causa un efecto hasta aquí y esto es lo que podemos soportar. Y este raudal de emociones incontroladas no se puede codificar ni cuantificar. Y no es posible controlarla ni por las grandes multinacionales, ni por los poderosos Estados. De ahí el miedo a la toma de imágenes sin un control  establecido de antemano.

El miedo y el control de la imagen
Es mucho el tiempo transcurrido de tanta atrocidad y son muchas las muertes. Y es escandaloso el que algunos hayan tenido que ver la terrible imagen del niño Aylan Kurdi para reaccionar.  
Y los Gobiernos de todo el mundo tratan de ejercer el control sobre la imagen. No quieren que los desnuden.
Algunos incluso tratan de prohibir su publicación en los Medios de Comunicación.
En España  el partido actualmente al frente del Gobierno de la Nación, el Partido Popular, cambia la Ley para que no se permita la toma de imagen a los detenidos como ocurrió, por poner un ejemplo, con el Vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato.
La Ley de los Populares,  lo que se ha venido en llamar La Pena del Telediario, trata de impedir la captura de imágenes a los detenidos en los Medios de Comunicación. Todo por culpa, como nos lo recordó recientemente el Presidente del Gobierno, tras perder las recientes Elecciones Autonómicas y Municipales, de la pena provocada. Del martilleo constante y continuado en los noticieros de todas las televisiones de los casos de corrupción de su partido que provoca enorme desasosiego y le hace perder elecciones.

La irrupción descontrolada de la imagen digital
Y eso, a pesar de la irrupción descontrolada de la imagen digital para su consumo masivo, producida a escala masiva.
En ese sentido, es justo alabar la firme actitud de la ciudad belga de Charleroi, que  luchó eficazmente contra la imagen adulterada y consiguió, que el periodista gráfico italiano Giovanni Troilo obtuviera la máxima pena, al ser  despojado del Premio Wordl Press Photo por manipulación manifiesta.
En el periodismo gráfico no es de recibo la manipulación de la imagen. Y cualquier tipo de tratamiento es incompatible con la veracidad  necesaria. 


  
Prueba de color de una cámara Nikon digital profesional. Foto © Revista FV



Imágenes digitalizadas
Frente a la Imagen Digital, inventada por el canadiense Willard Boyle, en el año 1995 y el Photo Shop,  por Thomas Knoll, hace ahora 25 años, la Fotografía, concebida en el año 1826 por los franceses Joseph Nièpce y  Jaques Daguerre, es garantía de objetividad por su  prestigio y carácter documental. Objetividad que fue ganada con enorme esfuerzo, enorme sacrificio, humildad, oficio y grandes dosis de veracidad informativa.
Ahora, con la llegada de las imágenes digitales los profesionales pensaban que era sinónimo de más libertad de expresión. Que iba haber más intercambio de cultura global y más igualdad.
No ha sido así. Las nuevas tecnologías, aparte de finiquitar la Industria Fotográfica y de clausurar las numerosas empresas y familias que vivían de ella y de trabajar con un ordenador, a plena luz del día y la luz encendida, trajo consigo tres grandes ventajas. La primera la inmediatez en la información, después su  acceso universal y la globalización.
Pero, dos décadas y media después, en pleno siglo XXI, las expectativas no solo no se han cumplido, sino que incluso, el  mal uso de las tecnologías digitales ha tenido efectos muy nocivos, perversos y contrarios al espíritu con el que se la recibió.      
Además, la popularización de la imagen digital y el tráfico descontrolado  de fotografías y videos por Internet sin ningún control ni protección de derechos, ha permitido desarrollar técnicas de compresión de datos nunca vistas, que permiten concentrar un brutal volumen descontrolado de información, no siempre veraz. 

Manipulación desde sus inicios     
Y por primera vez en la historia, en un  mundo globalizado, las imágenes digitales, incluidas las de uso doméstico, son tomadas artificialmente, despojadas de todo atisbo de carácter realista, informativo o documental.
Ahora las imágenes digitales nacen manipuladas. Y son entregadas tras haberse sometido a un proceso previo. Tratamiento, que con anterioridad solo estaba al alcance de unos pocos prestigiosos laboratorios profesionales o de poderosos Gobiernos de ciertos Estados, no precisamente democráticos y que ahora se encuentra al alcance de cualquiera.
Y las numerosas protestas, a favor o en contra de la manipulación del sujeto fotografiado o de hechos  de interés, están a la orden del día en todos los Medios de Comunicación escritos y audiovisuales.
Véase anteriores Artículos: La Manipulación del Lenguaje publicado el 06/06/2009, La Codificación del Lenguaje el 05/07/2009, Un Lenguaje Diferente el 06/06/2009,  El Cruento Lenguaje de los Conflictos Bélicos el 28/05/2009, Derechos de Autor el 16/06/2014 o Cómo se hace un Periodista Gráfico el 23/05/2009    

 

Cuadro de diálogo del Photoshop. Foto © Santiago Esteban

Con absoluta rotundidad
Si. Hoy en día, se puede afirmar con absoluta rotundidad, que todas las imágenes digitales han sido confeccionadas previamente antes de ser distribuidas, manipuladas y retocadas en la paleta de edición, en el peor de los casos, del Photoshop.
Y a veces, las nuevas tecnologías digitales, en su vertiente menos amable, aumentan la capacidad de engaño considerablemente al aumentar la posibilidad de manipulación.  Aunque siempre en la imagen haya algo parecido a la verdad.     
Aunque la imagen pueda distorsionar, condicionada por la manera de ver subjetiva del periodista gráfico que la capta. A pesar de los hábitos, las modas y las exigencias técnicas artísticas comerciales.
 
 

Huynh “Nick” Cong. Foto © Associated Press,


Veracidad, ética periodística y libertad
Esto es lo que debemos buscar todos y busca el profesional. Lo que buscaba Huynh “Nick” Cong.  La veracidad, la lealtad, libertad de expresión y ética profesionalidad,  en una clara y decidida apuesta por la Información Global en  el que los periodistas gráficos desarrollan su labor, y en defensa de la Democracia y Las Libertades y en pos de la verdad.
  
La noción del mundo no sería la misma
A pesar de las imágenes que en ocasiones puedan llevarnos a engaño, de la persecución moral y despiadada que sufren los periodistas gráficos que se atreven a relatar la crudeza y la desolación en la que estamos instalados, la noción veraz que tenemos del mundo, no sería la misma sin su labor. De la enorme capacidad de sus imágenes de decir la verdad.
Afortunadamente, sus imágenes no mienten y son nuevos símbolos para, a veces, nuevos dramas. Sin olvidar su  particular aportación artística y creativa.

© Roberto Cerecedo. Todos los derechos reservados. Queda rigurosamente prohibida su reproducción total o parcial, por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, sin autorización expresa por escrito del titular del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes.
En Madrid. En la tarde noche de un apacible y chispeante lunes madrileño de inicios de otoño de 12 de octubre del año 2015.