lunes, 3 de agosto de 2009

LA EMPLEADA DOMÉSTICA DE LOS GARCÍA

 
Fotografía copyright © Roberto Cerecedo
 
Fotografía Ganadora del 22 Concurso Hispanoamericano de Fotografía Documental
 
La empleada doméstica
Dieron las once y media de la mañana en el carillón del reloj de la iglesia de la calle Goya, cuando me adentré, con mi perro Roy, por el populoso Barrio de Salamanca de Madrid. 
Disfrutábamos del primer día de unas merecidas vacaciones.
Pudimos, entonces, perdernos por sus calles semivacías rodeados de vistosas tiendas, casi sin clientela, entre enormes bloques de oficinas ausentes, dejándonos llevar por el caminar placentero de sus ampulosas calles sin tiempo, acechados, a cada paso, por el implacable sol de agosto de la estepa castellana,  buscando, instintivamente, la acogedora sombra, casi sin darnos cuenta.
Cuando de repente, en un recodo del camino, algo recabó la atención de Roy que se detuvo en seco y dirigió su cabeza a un punto fijo en lo alto.
Sorprendido, efectué el recorrido completo que me indicaba su mirada y al alzar la vista observé, sobresaltado, como una persona estaba encaramada en el exterior de la cornisa de la tercera planta, en lo alto de un voluminoso edificio de viviendas.
Mi sorpresa fue mayúscula. Y mi primer impulso instintivo fue el de avisar a los bomberos.
Salvamos las vallas, y los innumerables agujeros, cascotes y materiales, de una obra próxima y nos acercamos algo mas.
Pudimos observar, entonces, que se trataba de una señora mayor, vestida con un traje estampado caribeño, un guardapolvo azul marino y un delantal blanco, tal y como imponen los barrios pudientes a sus empleadas domésticas, además de la cofia y en zapatillas caseras, de las de andar por casa, de paño escocés que, temerariamente, con todo su cuerpo en el exterior, se agarraba fuertemente, con su mano izquierda, al travesaño de la ventana., mientras con la otra mano, la derecha, limpiaba con dedicación y esmero los cristales del exterior de la casa.
El carnicero de la esquina me comentó que era la empleada doméstica de los señores García, que se habían ido de vacaciones.
Se quedaron impresionados en mi retina los pómulos sonrosados de Ana Isabel Muñoz Guzmán. Los del calor asfixiante. De la fatiga reflejada en su rostro. Los de un trabajo peligroso y duro, impropio de su avanzada edad.
Ese día portaba una pequeña bolsa con mi cámara fotógráfica Nikon y un par de objetivos y capturé la escena para dar textimonio de las causas justas y me fui de allí con una enorme indignación. 
No pude, por menos, mostrar mi enorme indignación y desagrado, por la explotación ajena.
El de las personas menos favorecidas, en busca de nuevos horizontes.
 
Posdata
Esta fotografía de Ana Isabel Muñoz Guzmán, la Empleada Doméstica de los García, fue la Fotografía Ganadora del Veintidos Concurso Latinoamericano de Fotografía Documental.
 
Justificación del Jurado
"Esta elocuente fotografía de Roberto Cerecedo constituye una evidencia de la explotación humana ejercida en el siglo XXI sobre mujeres latinoamericanas que hacen vida en España por razones diversas. Costaría creer que los dueños del apartamento donde ejerce oficios domésticos Ana Isabel Muñoz Guzmán, mayor de edad, no saben que ella limpia estos cristales regularmente con riesgo de su propia vida. El tamaño de la figura de la trabajadora doméstica en comparación con el resto de la fachada pone a pensar qué tan grandes son las dimensiones  de su mundo adoptivo laboral. Se ve minúscula ante la enormidad de las tareas que le esperan cada día".   
 
Descripción de la Obra
Ana Isabel Muñoz Guzmán es una migrante colombiana de 73 años que trabaja como empleada doméstica de la familia García en un populoso barrio de Madrid. Mientras los dueños están de vacaciones ella aprovecha para limpiar los cristales de la parte exterior de las ventanas, parándose temerariamente sobre la cornisa.
 
Ficha Técnica
Cámara Fotográfica Nikon F4
Objetivo Nikon 180 mm. 
Obturación 125. Diafragma F8
Película Ektachrome 100  

Roberto Cerecedo. Todos los derechos reservados. Queda rigurosamente prohibida su reproducción total o parcial, por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, sin autorización expresa y por escrito del titular del copyright, bajo las sanciones establecidas en las Leyes.

 

2 comentarios:

  1. Antonio Garcia del Olmo11 de septiembre de 2013, 11:53

    Es verdad. Una gran lección. En los tiempos que corren de fuerte crisis económica, inexplicables recortes y ausencia de valores, lo que cuenta de Nani no es mas que un claro ejemplo de la explotación sin escrúpulos de la clase dominante de los mas necesitados.
    Y una pequeña muestra de su gran sensibilidad y empatía por su parte hacia los mas desprotegidos.
    Por todo ello gracias. Aunque me gustaría leerle con mas frecuencia sus acertados y ponderados artículos.
    Antonio García del Olmo. Madrid.

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  2. Es verdad. Una gran lección. En los tiempos que corren de fuerte crisis económica, inexplicables recortes y ausencia de valores, lo que cuenta de Nani no es mas que un claro ejemplo de la explotación sin escrúpulos de la clase dominante de los mas necesitados

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