lunes, 11 de diciembre de 2017

PATRIA


Una Europa unida y diversa. Colección Vida Social. Fotografía © Roberto Cerecedo

Una palabra triste
Decía Pablo Neruda, sabemos ahora que fue envenenado por el general golpista Augusto Pinochet en el mes de septiembre del año 1973, que patria es una palabra triste como lo es termómetro, montacargas o ascensor. Y a veces, añado, una palabra peligrosa rodeada de banderas y alambradas, de los que algunos se sienten únicos propietarios.
Para él la palabra patria dio nombre a varios de sus poemas, tras una larga travesía huyendo de su verdugo. Un largo viaje por regiones lejanas del extremo sur de su Chile natal, no por eso menos semejante al paisaje y a las soledades del norte del país. Que tanto y  tanto se alejan los chilenos del extremo sur del país, hasta tocar con sus límites el Polo Sur, que su geografía se asemeja a la geografía de Suecia, que roza con su cabeza el norte nevado del planeta. Y por allí, por aquellas extensiones de su patria, por donde le condujeron los acontecimientos de sobra conocidos, tuvo Pablo Neruda que atravesar la cordillera de los Andes buscando la frontera de su país con Argentina.

En busca de la ansiada libertad
En esta zona, del sur de Chile, grandes bosques cubren como un túnel las regiones más inaccesibles, y como su camino y el  de sus acompañantes era oculto y vedado, aceptaban tan solo los signos más débiles de orientación.
No había huellas, no existían senderos y Pablo Neruda, con sus cuatro compañeros a caballo, buscaban su ansiada libertad en ondulante cabalgata, eliminando los obstáculos de poderosos árboles, imposibles ríos, roqueríos inmensos y desoladas nieves.
Cada uno avanzaba embargado en aquella soledad sin márgenes, en aquel silencio verde y blanco, entre los árboles, las grandes enredaderas, el humus depositado por centenares de años y los troncos semi derribados que era una barrera más en su larga marcha. Y todo era a la vez una naturaleza deslumbradora y secreta. Y a la vez una creciente amenaza de frío, nieve y persecución en donde todo se mezclaba: La soledad, el peligro, el silencio y la urgencia.

Tuvo mucho miedo
Pablo Neruda sintió verdadero miedo. Creyó que había llegado su última hora. Que el ejército del general golpista les alcanzaría de inmediato. Incluso instantes antes de cruzar la frontera que le alejaría y durante muchos años de su querida patria.
Llegaron de noche a las últimas gargantas de las montañas argentinas y vieron una luz encendida que era un claro indicio de vida humana. Y al acercarse hallaron una desvencijada construcción y entraron. Y vieron grandes troncos encendidos en el centro de la habitación. Y  al albor de la lumbre vieron a varias personas que los acogieron, que nunca llegaron a saber si los conocían o no. Y alrededor de aquel fuego recuperaron fuerzas, cantaron y comieron, y chapotearon gozosos limpiándose el peso de la inmensa cabalgata. Y se sintieron frescos, renacidos, cuando al amanecer emprendieron los últimos kilómetros que les separarían de su patria. Y recuerda que se alejaron cantando sobre sus cabalgaduras llenos de aire nuevo, de un aliento que les empujaba al gran camino del mundo que les estaba esperando.

Patria. Una palabra antigua      
Patria es una palabra antigua, que algunos desean a unir a una entidad propia que los une y otros la ven como una curiosa conjunción de sentimiento identitario y materia de recuerdo.
Tanto es así que su primera acepción del Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia dice que patria: Es la tierra natal o adoptiva ordenada como nación a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos,  históricos y afectivos. Y en su segunda acepción el ser merecedor de ella: Hacerse acreedor a su gratitud por relevantes hechos o beneficios.
Aunque, mi respetuoso y modesto entender coincida con Neruda. Puesto que  su formación silábica y la composición de sus vocablos no consigue realizar una musicalidad que nos emocione ni nos fascine, como la palabra diversidad, libertad, democracia, fraternidad o la palabra amor, que ha sido considerada por un universo muy significativo como la palabra mas importante del año 2017. Al igual  que mediterráneo, que da nombre y contiene las estrofas más hermosas de la bellísima canción de Joan Manuel Serrat, considerada como la más bella historia de amor que tuvimos y tendremos en una misma canción.

El mal uso de la bandera
Lamentablemente, en España se ha hecho un uso exclusivo y abusivo de sus símbolos por algunos: De su bandera, que data del año 1785, año del reinado del Rey Carlos III, y de su himno nacional. 
Bandera, que se le cambió el escudo real por el aguilucho, e himno, que fueron vilmente apropiados por las tropas golpistas del general Franco como enseña de su golpe militar y luego por  los herederos del franquismo. Que habelos haylos.
Hasta que, con llegada de la Constitución de 1978, se adaptó el escudo real a la bandera roja y gualda, que a muchos les ponía nerviosos nada más verla y un sensato periodista y político, Santiago Carrillo y el  ex presidente del Gobierno Felipe González, la aceptan como bandera nacional.
Y no digamos nada aquí del desafortunado texto del himno nacional, con letra de José María Pemán, que se imponía en las escuelas franquistas a golpe de regla en los costillares. Letra que desapareció por fortuna.

La música
Y su  música.  Que algunos historiadores y musicólogos sitúan el origen musical del himno nacional, de autor desconocido, en la Marcha Granadera. Y en el año 1761 se escribe un libro de Ordenanza de los Toques Militares de la Infantería Española. Y el rey Carlos III declara Marcha de Honor a la Marcha Granadera el día 2 de septiembre del año 1770.
Marcha que la Dictadura del general Franco se la apropia y la declara Himno Nacional por Decreto el día 17 de julio del año 1942.
Y que tras la aprobación de la Constitución Española, el día 31 de octubre del año 1978, se promovió, desde la Presidencia del Gobierno de España, la creación de un grupo de trabajo integrado por miembros de la Sección de Música de la Real Academia de San Fernando y de los Ministerios de Administraciones Públicas, Economía y Hacienda, Defensa, y Educación y Cultura, que  encargó al maestro Francisco Grau, director de la Banda Real de Palacio, para que hiciera los arreglos necesarios de la Marcha Granadera, para que fuera adaptada como Himno Nacional de España.
Himno Nacional que, tras el informe favorable de la Real Academia, se aprobó dicha armonización, tanto para orquesta sinfónica como para banda de música, con una duración de 52 segundos, como tiempo mas conveniente y una versión más breve de 27 segundos de duración. Siendo el Estado Español propietario de todos sus derechos de propiedad, cedidos por el maestro Francisco Grau.   

Bandera e Himno Nacional
Pero ni el esfuerzo de éstos y de otros líderes políticos, ni la llamada transición a la democracia, ni la propia Constitución de 1978  han conseguido que la mayoría de los españoles hagan suya la bandera roja y amarilla, manoseada por la dictadura franquista y de su himno nacional. Y aunque en cualquier país europeo o americano el himno y la bandera son sus señas de identidad y un orgullo para sus ciudadanos, en España, todavía hoy, nos cuesta colocar la bandera española en el balcón de nuestras casas, aceptar el himno como emblema de nuestra nación y no digamos llevar alguna pulsera o una insignia en la solapa.  


Simbología en Cataluña. Fotografía © Agencia EFE

Simbología y poder. El inesperado e imprevisible impulso dado por los secesionistas
Para los independentistas catalanes,  la convocatoria del referéndum ilegal del primero de octubre de 2017, la total ausencia de garantías, la vulneración del estado de derecho, o las resoluciones del Tribunal Constitucional, no pueden ser  comparables a la corrupción del Partido Popular, las  cargas policiales, o las detenciones de sus dirigentes sediciosos por parte de la justicia española.  
Pero algo nuevo, imprevisible e inesperado entra en escena:
Impulsado por los secesionistas catalanes, en medio del tremendo caos catalán, se ha generado un sentimiento casi generalizado de aceptación de la bandera española. Y en toda España, como respuesta a la crisis catalana, hemos entrado en una descontrolada guerra de símbolos y de poder. Y no hay edificio de cualquier pequeña o gran ciudad, o de modesto pueblo que no esté cargada de simbología. Y la gente acude a las manifestaciones de apoyo a la unidad de España con la bandera roja y gualda sin complejos. Y se han disparado la producción y venta de  banderas españolas, camisetas, bolsos, gorras, pulseras, insignias,  e incluso correas para mascotas.  

La materia del recuerdo
Y es curiosa  esta enorme amalgama  de impresiones, de emociones, de circuitos eléctricos sentimentales neuronales y metafísicos que denominamos recuerdos. Aunque el recuerdo no sea exactamente creado por la propia experiencia de ciertos sucesos históricos acontecidos, como los que nos contó Neruda, sino de cómo esos recuerdos son almacenados en nuestra memoria, que ya nos lo advirtiera Antonio Machado: que una cosa es la materia del recuerdo y otra cosa bien distinta es el recordar. Puesto que al recordar no buscamos tanto la verdad histórica de nuestro recuerdo, sino el proporcionarnos un territorio placentero, balsámico, al cual poder asirnos y sustentarnos.


Portada del libro El Principito ©  Enrique Sainz Editores

Somos de nuestra infancia
Eso lo razonó certero Rainer María Rilke, cuando dijo aquello que la patria es la infancia  de cada uno. Y lo ratificó Antonie de Saint Exupery, en su maravilloso libro de El Principito, el libro de nuestros primeros años de escuela, en donde afirmaba rotundo que somos de nuestra infancia.
En España, ese sentimiento  cosmopolita lo experimentamos muchos en nuestras principales ciudades: Hay una constitución material de España que está en la intra-historia, que diría Unamuno, que tiene tres capitales: Madrid, Barcelona y Bilbao. Y en el breve pero intenso periplo europeo de nuestros primeros años.  En donde el vivir en las capitales de los países europeos occidentales, nos hacia sentirnos como en nuestra propia casa e identificarnos con el sentir identitario, solidario, social y cultural de las personas del hábitat en el que nos encontrábamos.
“Es uno mas de nosotros. Es un inglés, un francés, un italiano, un alemán, un sueco…”, pensaban en voz alta de nosotros orgullosos los nativos del lugar, nuestros amigos, las novias ocasionales y las personas de nuestro entorno más próximo, al albor de la vida social, cultural y de nuestros sentimientos europeístas de fraternidad, democracia y libertad.
Y ese sentirse ciudadano de un lugar y del mundo, nos hacia adaptarnos y formar parte del hábitat y del paisaje sin mayores complicaciones y sentirnos muy a gusto, sin olvidar nunca nuestros orígenes y nuestra identidad europea.

Un estado federalista
Y ese ir y venir, y las vueltas y revueltas de la vida y de la cabeza, quizá no eran exactamente  las de personas de una gran ciudad, sino las de personas sin patria en un estado federalista. Y era necesario mantener una armonía entre las tres capitales para señalar las singularidades de España.
La clave del estado de las autonomías  es que hay que respetar la diversidad y la pluralidad a través de sus instituciones.
La Constitución dice que España es una nación y reconoce el auto gobierno de sus nacionalidades y regiones. Y una propuesta de nación de naciones, que pretenda dar la soberanía a las nacionalidades o regiones, va en contra de la Constitución y de lo que significa la Unión Europea.

El problema territorial
“El problema territorial  de la España actual se resuelve debatiendo en la Cámara Alta, en el Senado. La Constitución dice expresamente que el Senado es la Cámara de representación territorial. Actualmente eso no es así. Y eso es la causa de los problemas actuales del estado autonómico: No hay un sitio específico en donde se puedan exponer,  resolver  y debatir de manera permanente la educación, los grandes problemas de obras públicas, la financiación fiscal y  autonómica, la representación de los hechos diferenciales, o la relación de la cultura catalana con la española, la gallega o la vasca”, nos dice Juan José Laborda.       

El sobrepeso
"El congreso de los diputados es la actual Cámara de Representación Territorial y las Comunidades Autónomas se relacionan con el Estado a través de los partidos políticos.  Y este sistema de los partidos políticos, que sufre ese sobrepeso de la representación autonómica ha ocasionado situaciones tensas en el País Vasco con el Plan Ibarretxe y ahora Cataluña. Y ese sobrepeso es la causa de los problemas actuales del estado autonómico.  Los partidos que  se encuentran fuera del sistema constitucional ahora tienen un gran protagonismo. Convergencia y Unió ha saltado por los aires. El problema catalán es actualmente un problema de partidos que se soluciona en el Senado", añade Juan José Laborda..

El ser español
Le ocurrió a la sin par escritora y periodista Rosa Montero, Premio Nacional de las Letras y mejor amiga,  que aceptó una entrevista de una redactora de El Español, el nuevo periódico digital  que dirige el ilustre Pedro José Ramírez,  firme impulsor de la libertad de expresión, de la crítica a la razón pura y del ser y la nada. 
Fue al final de la entrevista, con el magnetofón ya apagado, cuando paseaban las dos, entrevistadora y entrevistada, distendida, distraída y amigablemente, tras una larga charla sobre su dilatado trabajo y sobre la buena literatura. Tras despedirse.
-¿Te sientes orgullosa de ser española? Le preguntó la joven redactora distraídamente, como si no fuese la cosa con ella.
 -No especialmente.Como si fuera de otro sitio. La contestó ingenua y sincera la popular y  afamada entrevistada sin  darle mayor importancia a su respuesta.
Pero ese fue el titular de la entrevista:   No me siento orgullosa de ser española, y en letras de color negrita y en un tamaño de  varios cuerpos de texto, que tanto gustó al director de El Español, Pedro José Ramírez.

Me siento orgullosa de ser española
Sin embargo, unos años antes, adelantándose a futuros acontecimientos, el mítico periodista, escritor y fotógrafo, Francisco Cerecedo, entrevista al mito popular del momento: 
Un actor de la canción, Raphael, que rueda su primera película. Tituló Francisco Cerecedo.
Y en el mes de mayo del año 1966, la entrevista se publica en la popular y prestigiosa revista de información Blanco y Negro:

-¡Raphael, Raphael, Raphael! Salmodia el teatro en donde ofrece un recital.
Imposible continuar. Y a mi lado estalla el grito desgarrado y racial:
-¡Me siento orgullosa de ser española!
-Cálmese señora. Déjele cantar.
-¡Usted no es español!
-Si lo soy. Pero no puedo amar a España tanto como usted. Tengo el impedimento de la consanguinidad.
   
  
 

Manifestación en Cataluña. Fotografía © Jordi Socías
Un presidente estadounidense xenófobo y ultra conservador Fotografía © Agencia EFE

Los supuestos vencedores, los primeros de  hablar de patria
Hoy, cinco jóvenes  palestinos han sido asesinados en Jerusalén, incluido un bebé. Y otros 170 ciudadanos palestinos han sido heridos de consideración, 25 de ellos de bala, por el belicoso ejército israelí en las manifestaciones de protesta producidas en los territorios ocupados ilegalmente por el estado de Israel en la tarde del día de hoy, Día Internacional de los Derechos Humanos,  y en los ataques indiscriminados de su aviación a las ciudades de Gaza y Cisjordania, a causa de la declaración unilateral de Jerusalén como capital de la patria israelí por parte del presidente estadounidense  Donald Trump, con la oposición del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de la Comunidad Europea e Internacional.
A pesar de las serias advertencias de los líderes occidentales y árabes, Donald Trump dinamitó ayer unilateralmente el frágil consenso de 70 años en la comunidad internacional sobre la ciudad de Jerusalén y la violencia se ha desatado sobre la ciudad.
Los vencedores, aunque sean xenófobos, ultra derechistas o ultra conservadores, son siempre los primeros en hablar de patria. De la suya. Y el primer ministro israelí, el ultraderechista Benjamín Netanyahu, no desperdicia ocasión para continuar con el apartheid y la limpieza étnica de la patria palestina, mediante la creación de un estado confesional judío en el corazón del mundo árabe y la ocupación de su territorio, con sus ataques indiscriminados y el aniquilamiento impune de sus ciudadanos.  

Un mensaje oportuno, brillante y  necesario
Pero, en los primeros días del mes de octubre, ocurre lo mejor:
Su Majestad El Rey de España, don Felipe, un hombre sensato y cabal donde los haya, ante la “situación de extrema gravedad para nuestra vida democrática que estamos viviendo en Cataluña, con la pretensión final de la que Generalitat proclame ilegalmente la  independencia de Cataluña” advierte, en un oportuno mensaje televisado a la Nación el jueves 5 de octubre  de 2017, que “los legítimos poderes del Estado deben asegurar el orden constitucional”.
Y dirigiéndose “directamente a todos españoles” en el mensaje televisado confirmó “su compromiso y firmeza con la democracia, las libertades, la Constitución, la unidad de España y respeto a la ley, ante el inaceptable intento de apropiación de las instituciones y la deslealtad inadmisible”.  
Lo que nos infundió a todos una enorme tranquilidad, sosiego, seguridad y confianza en nuestra nación y en nuestro estado de derecho, en un mensaje directo, firme, inequívoco y  necesario, de acuerdo al ejercicio del papel de arbitraje institucional y constitucional que corresponde al monarca.
Mensaje brillante y certero a todos los españoles del Rey de España que fue reconocido por todos los presentes en la XXXIV Edición del Premio de Periodismo Francisco Cerecedo, del pasado viernes 22 de noviembre de 2017, que entrega y preside Su Majestad El Rey don Felipe, que agradeció sinceramente el gesto a todos los asistentes.

En Madrid. Una oscura y  fría tarde otoñal del domingo 10 de diciembre del año 2017, conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, a pesar de la era Trump, en  la anunciada visita del ciclón meteorológico Ana, que traerá fuertes ráfagas de viento, pero también las  esperadas y necesaria gotas de lluvia que llenen los pantanos, los ríos, alivien a todos los ciudadanos y den vida a los campos de toda España.

© Roberto Cerecedo. Todos los derechos reservados. Queda rigurosamente prohibida su reproducción total o parcial, por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, sin autorización expresa por escrito del titular del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes.

1 comentario:

  1. ¡Muy genial! ¡Algunos puntos muy extremadamente válidos! Aprecio que hayas escrito este elaborado este artículo publicación redacción y el y también el además del resto del sitio es sitio web es también muy extremadamente muy también realmente realmente bueno.

    banderas publicitarias en Girona

    ResponderEliminar