PATRIA
Una Europa unida y diversa. Colección Vida Social. Fotografía © Roberto Cerecedo
Una palabra triste
Decía Pablo Neruda, sabemos ahora que fue envenenado por el
general golpista Augusto Pinochet en el mes de septiembre del año 1973, que
patria es una palabra triste como lo es termómetro, montacargas o ascensor. Y a
veces, añado, una palabra peligrosa rodeada de banderas y alambradas, de los
que algunos se sienten únicos propietarios.
Para él la palabra patria dio nombre a varios de sus poemas, tras una larga
travesía huyendo de su verdugo. Un largo viaje por regiones lejanas del extremo
sur de su Chile natal, no por eso menos semejante al paisaje y a las soledades
del norte del país. Que tanto y tanto se
alejan los chilenos del extremo sur del país, hasta tocar con sus límites el
Polo Sur, que su geografía se asemeja a la geografía de Suecia, que roza con su
cabeza el norte nevado del planeta. Y por allí, por aquellas extensiones de su
patria, por donde le condujeron los acontecimientos de sobra conocidos, tuvo Pablo
Neruda que atravesar la cordillera de los Andes buscando la frontera de su país
con Argentina.
En busca de la
ansiada libertad
En esta zona, del sur de Chile, grandes bosques cubren como
un túnel las regiones más inaccesibles, y como su camino y el de sus acompañantes era oculto y vedado,
aceptaban tan solo los signos más débiles de orientación.
No había huellas, no existían senderos y Pablo Neruda, con
sus cuatro compañeros a caballo, buscaban su ansiada libertad en ondulante
cabalgata, eliminando los obstáculos de poderosos árboles, imposibles ríos,
roqueríos inmensos y desoladas nieves.
Cada uno avanzaba embargado en aquella soledad sin márgenes,
en aquel silencio verde y blanco, entre los árboles, las grandes enredaderas,
el humus depositado por centenares de años y los troncos semi derribados que
era una barrera más en su larga marcha. Y todo era a la vez una naturaleza
deslumbradora y secreta. Y a la vez una creciente amenaza de frío, nieve y
persecución en donde todo se mezclaba: La soledad, el peligro, el silencio y la
urgencia.
Tuvo mucho miedo
Pablo Neruda sintió verdadero miedo. Creyó que había llegado
su última hora. Que el ejército del general golpista les alcanzaría de
inmediato. Incluso instantes antes de cruzar la frontera que le alejaría y
durante muchos años de su querida patria.
Llegaron de noche a las últimas gargantas de las montañas argentinas y
vieron una luz encendida que era un claro indicio de vida humana. Y al
acercarse hallaron una desvencijada construcción y entraron. Y vieron grandes troncos
encendidos en el centro de la habitación. Y al albor de la lumbre vieron a varias personas
que los acogieron, que nunca llegaron a saber si los conocían o no. Y alrededor
de aquel fuego recuperaron fuerzas, cantaron y comieron, y chapotearon gozosos
limpiándose el peso de la inmensa cabalgata. Y se sintieron frescos, renacidos,
cuando al amanecer emprendieron los últimos kilómetros que les separarían de su
patria. Y recuerda que se alejaron cantando sobre sus cabalgaduras llenos de
aire nuevo, de un aliento que les empujaba al gran camino del mundo que les
estaba esperando.
Patria. Una palabra
antigua
Patria es una palabra antigua, que algunos desean a unir a
una entidad propia que los une y otros la ven como una curiosa conjunción de
sentimiento identitario y materia de recuerdo.
Tanto es así que su primera acepción del Diccionario de la Lengua Española , de la Real Academia dice que patria: Es
la tierra natal o adoptiva ordenada como nación a la que se siente ligado el
ser humano por vínculos jurídicos,
históricos y afectivos. Y en su segunda acepción el ser merecedor de
ella: Hacerse acreedor a su gratitud por relevantes hechos o beneficios.
Aunque, mi respetuoso y modesto entender coincida con
Neruda. Puesto que su formación silábica
y la composición de sus vocablos no consigue realizar una musicalidad que nos
emocione ni nos fascine, como la palabra diversidad, libertad, democracia,
fraternidad o la palabra amor, que ha sido considerada por un universo muy
significativo como la palabra mas importante del año 2017. Al igual que mediterráneo, que da nombre y contiene las
estrofas más hermosas de la bellísima canción de Joan Manuel Serrat,
considerada como la más bella historia de amor que tuvimos y tendremos en una misma
canción.
El mal uso de la
bandera
Lamentablemente, en España se ha hecho un uso exclusivo y
abusivo de sus símbolos por algunos: De su bandera, que data del año
1785, año del reinado del Rey Carlos III, y de su himno nacional.
Bandera, que se le cambió el escudo real por el aguilucho, e himno, que fueron vilmente apropiados por las tropas golpistas del general
Franco como enseña de su golpe militar y luego por los
herederos del franquismo. Que habelos haylos.
Hasta que, con llegada dela
Constitución de 1978, se adaptó el escudo real a la bandera
roja y gualda, que a muchos les ponía nerviosos nada más verla y un sensato
periodista y político, Santiago Carrillo y el
ex presidente del Gobierno Felipe González, la aceptan como bandera nacional.
Hasta que, con llegada de
Y no digamos nada aquí del desafortunado texto del himno nacional, con letra de José María
Pemán, que se imponía en las escuelas franquistas a golpe de regla en los costillares. Letra que desapareció por fortuna.
La música
Y su música. Que algunos historiadores y musicólogos sitúan el origen musical del himno nacional, de autor desconocido, en la Marcha Granadera. Y en el año 1761 se escribe un libro de Ordenanza de los Toques Militares de la Infantería Española. Y el rey Carlos III declara Marcha de Honor a la Marcha Granadera el día 2 de septiembre del año 1770.
Marcha que la Dictadura del general Franco se la apropia y la declara Himno Nacional por Decreto el día 17 de julio del año 1942.
Y que tras la aprobación de la Constitución Española, el día 31 de octubre del año 1978, se promovió, desde la Presidencia del Gobierno de España, la creación de un grupo de trabajo integrado por miembros de la Sección de Música de la Real Academia de San Fernando y de los Ministerios de Administraciones Públicas, Economía y Hacienda, Defensa, y Educación y Cultura, que encargó al maestro Francisco Grau, director de la Banda Real de Palacio, para que hiciera los arreglos necesarios de la Marcha Granadera, para que fuera adaptada como Himno Nacional de España.
Himno Nacional que, tras el informe favorable de la Real Academia, se aprobó dicha armonización, tanto para orquesta sinfónica como para banda de música, con una duración de 52 segundos, como tiempo mas conveniente y una versión más breve de 27 segundos de duración. Siendo el Estado Español propietario de todos sus derechos de propiedad, cedidos por el maestro Francisco Grau.
La música
Y su música. Que algunos historiadores y musicólogos sitúan el origen musical del himno nacional, de autor desconocido, en la Marcha Granadera. Y en el año 1761 se escribe un libro de Ordenanza de los Toques Militares de la Infantería Española. Y el rey Carlos III declara Marcha de Honor a la Marcha Granadera el día 2 de septiembre del año 1770.
Marcha que la Dictadura del general Franco se la apropia y la declara Himno Nacional por Decreto el día 17 de julio del año 1942.
Y que tras la aprobación de la Constitución Española, el día 31 de octubre del año 1978, se promovió, desde la Presidencia del Gobierno de España, la creación de un grupo de trabajo integrado por miembros de la Sección de Música de la Real Academia de San Fernando y de los Ministerios de Administraciones Públicas, Economía y Hacienda, Defensa, y Educación y Cultura, que encargó al maestro Francisco Grau, director de la Banda Real de Palacio, para que hiciera los arreglos necesarios de la Marcha Granadera, para que fuera adaptada como Himno Nacional de España.
Himno Nacional que, tras el informe favorable de la Real Academia, se aprobó dicha armonización, tanto para orquesta sinfónica como para banda de música, con una duración de 52 segundos, como tiempo mas conveniente y una versión más breve de 27 segundos de duración. Siendo el Estado Español propietario de todos sus derechos de propiedad, cedidos por el maestro Francisco Grau.
Bandera e Himno Nacional
Pero ni el esfuerzo de éstos y de otros líderes políticos, ni la llamada transición a la democracia, ni la propia Constitución de 1978 han conseguido que la mayoría de los españoles hagan suya la bandera roja y amarilla, manoseada por la dictadura franquista y de su himno nacional. Y aunque en cualquier país europeo o americano el himno y la bandera son sus señas de identidad y un orgullo para sus ciudadanos, en España, todavía hoy, nos cuesta colocar la bandera española en el balcón de nuestras casas, aceptar el himno como emblema de nuestra nación y no digamos llevar alguna pulsera o una insignia en la solapa.
Simbología en Cataluña. Fotografía © Agencia EFE
Simbología y poder. El inesperado e imprevisible impulso dado por los secesionistas
Para los independentistas catalanes, la convocatoria del referéndum ilegal del primero de octubre de 2017, la
total ausencia de garantías, la vulneración del estado de derecho, o las
resoluciones del Tribunal Constitucional, no pueden ser comparables a la corrupción del Partido
Popular, las cargas policiales, o las
detenciones de sus dirigentes sediciosos por parte de la justicia española.
Pero algo nuevo, imprevisible e inesperado entra en escena:
Impulsado por los secesionistas catalanes, en medio del
tremendo caos catalán, se ha generado un sentimiento casi generalizado de
aceptación de la bandera española. Y en toda España, como respuesta a la crisis catalana,
hemos entrado en una descontrolada guerra de símbolos y de poder. Y no hay edificio de
cualquier pequeña o gran ciudad, o de modesto pueblo que no esté cargada de simbología. Y la
gente acude a las manifestaciones de apoyo a la unidad de España con la bandera
roja y gualda sin complejos. Y se han disparado la producción y venta de banderas españolas, camisetas, bolsos, gorras, pulseras, insignias, e
incluso correas para mascotas.
La materia del
recuerdo
Y es curiosa esta
enorme amalgama de impresiones, de
emociones, de circuitos eléctricos sentimentales neuronales y metafísicos que
denominamos recuerdos. Aunque el recuerdo no sea exactamente creado por la
propia experiencia de ciertos sucesos históricos acontecidos, como los que nos
contó Neruda, sino de cómo esos recuerdos son almacenados en nuestra memoria, que
ya nos lo advirtiera Antonio Machado: que una cosa es la materia del recuerdo y
otra cosa bien distinta es el recordar. Puesto que al recordar no buscamos
tanto la verdad histórica de nuestro recuerdo, sino el proporcionarnos un
territorio placentero, balsámico, al cual poder asirnos y sustentarnos.
Portada del libro El Principito © Enrique Sainz Editores
Somos de nuestra
infancia
Eso lo razonó certero Rainer María Rilke, cuando dijo
aquello que la patria es la infancia de
cada uno. Y lo ratificó Antonie de Saint Exupery, en su maravilloso libro de El
Principito, el libro de nuestros primeros años de escuela, en donde afirmaba
rotundo que somos de nuestra infancia.
En España, ese sentimiento cosmopolita lo experimentamos muchos en
nuestras principales ciudades: Hay una constitución material de España que está
en la intra-historia, que diría Unamuno, que tiene tres capitales: Madrid,
Barcelona y Bilbao. Y en el breve pero intenso periplo europeo de nuestros
primeros años. En donde el vivir en las
capitales de los países europeos occidentales, nos hacia sentirnos como en
nuestra propia casa e identificarnos con el sentir identitario, solidario,
social y cultural de las personas del hábitat en el que nos encontrábamos.
“Es uno mas de nosotros. Es un inglés, un francés, un
italiano, un alemán, un sueco…”, pensaban en voz alta de nosotros orgullosos
los nativos del lugar, nuestros amigos, las novias ocasionales y las personas
de nuestro entorno más próximo, al albor de la vida social, cultural y de
nuestros sentimientos europeístas de fraternidad, democracia y libertad.
Y ese sentirse ciudadano de un lugar y del mundo, nos hacia
adaptarnos y formar parte del hábitat y del paisaje sin mayores complicaciones
y sentirnos muy a gusto, sin olvidar nunca nuestros orígenes y nuestra identidad europea.
Un estado federalista
Y ese ir y venir, y las vueltas y revueltas de la vida y de
la cabeza, quizá no eran exactamente las
de personas de una gran ciudad, sino las de personas sin patria en un estado
federalista. Y era necesario mantener una armonía entre las tres capitales para
señalar las singularidades de España.
La clave del estado de las autonomías es que hay que respetar la diversidad y la pluralidad a través de sus instituciones.
La clave del estado de las autonomías es que hay que respetar la diversidad y la pluralidad a través de sus instituciones.
El problema
territorial
“El problema territorial
de la España
actual se resuelve debatiendo en la Cámara Alta , en el Senado. La Constitución dice
expresamente que el Senado es la
Cámara de representación territorial. Actualmente eso no es
así. Y eso es la causa de los problemas actuales del estado autonómico: No hay
un sitio específico en donde se puedan exponer, resolver
y debatir de manera permanente la educación, los grandes problemas de
obras públicas, la financiación fiscal y
autonómica, la representación de los hechos diferenciales, o la relación
de la cultura catalana con la española, la gallega o la vasca”, nos dice Juan
José Laborda.
El sobrepeso
"El congreso de los diputados es la actual Cámara de Representación
Territorial y las Comunidades Autónomas se relacionan con el Estado a través de
los partidos políticos. Y este sistema
de los partidos políticos, que sufre ese sobrepeso de la representación autonómica
ha ocasionado situaciones tensas en el País Vasco con el Plan Ibarretxe y ahora Cataluña. Y ese sobrepeso es la causa de los problemas actuales del estado autonómico. Los partidos que se encuentran fuera del sistema
constitucional ahora tienen un gran protagonismo. Convergencia y Unió ha
saltado por los aires. El problema catalán es actualmente un problema de
partidos que se soluciona en el Senado", añade Juan José Laborda..
El ser español
Le ocurrió a la sin par escritora y periodista Rosa Montero,
Premio Nacional de las Letras y mejor amiga,
que aceptó una entrevista de una redactora de El Español, el nuevo periódico digital que dirige el ilustre Pedro José Ramírez, firme impulsor de la
libertad de expresión, de la crítica a la razón pura y del ser y la nada.
Fue al final de la entrevista, con el magnetofón ya apagado,
cuando paseaban las dos, entrevistadora y entrevistada, distendida, distraída y amigablemente, tras una larga charla sobre
su dilatado trabajo y sobre la buena literatura. Tras despedirse.
-¿Te sientes orgullosa de ser española? Le preguntó la joven
redactora distraídamente, como si no fuese la cosa con ella.
-No especialmente.Como si fuera de otro sitio. La
contestó ingenua y sincera la popular y afamada entrevistada sin darle mayor importancia a su respuesta.
Pero ese fue el titular de la entrevista: No me siento orgullosa de ser española, y en letras de color negrita y
en un tamaño de varios cuerpos de texto,
que tanto gustó al director de El Español, Pedro José
Ramírez.
Me siento orgullosa
de ser española
Sin embargo, unos años antes, adelantándose a futuros
acontecimientos, el mítico periodista, escritor y fotógrafo, Francisco
Cerecedo, entrevista al mito popular del
momento:
Un actor de la canción, Raphael, que rueda su primera película.
Tituló Francisco Cerecedo.
Y en el mes de mayo del año 1966, la entrevista se publica en
la popular y prestigiosa revista de información Blanco y Negro:
-¡Raphael, Raphael, Raphael! Salmodia el teatro en donde
ofrece un recital.
Imposible continuar. Y a mi lado estalla el grito desgarrado y racial:
Imposible continuar. Y a mi lado estalla el grito desgarrado y racial:
-¡Me siento orgullosa de ser española!
-Cálmese señora. Déjele cantar.
-¡Usted no es español!
-Si lo soy. Pero no puedo amar a España tanto como usted.
Tengo el impedimento de la consanguinidad.
Manifestación en Cataluña. Fotografía © Jordi Socías
Un presidente estadounidense xenófobo y ultra conservador Fotografía © Agencia EFE
Los supuestos vencedores,
los primeros de hablar de patria
Hoy, cinco jóvenes palestinos
han sido asesinados en Jerusalén, incluido un bebé. Y otros 170 ciudadanos
palestinos han sido heridos de consideración, 25 de ellos de bala, por el belicoso
ejército israelí en las manifestaciones de protesta producidas en los
territorios ocupados ilegalmente por el estado de Israel en la tarde del día de
hoy, Día Internacional de los Derechos Humanos,
y en los ataques indiscriminados de su aviación a las ciudades de Gaza y
Cisjordania, a causa de la declaración unilateral de Jerusalén como capital de
la patria israelí por parte del presidente estadounidense Donald Trump, con la oposición del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas y de la Comunidad Europea
e Internacional.
A pesar de las serias advertencias de los líderes
occidentales y árabes, Donald Trump dinamitó ayer unilateralmente el frágil
consenso de 70 años en la comunidad internacional sobre la ciudad de Jerusalén
y la violencia se ha desatado sobre la ciudad.
Los vencedores, aunque sean xenófobos, ultra derechistas o
ultra conservadores, son siempre los primeros en hablar de patria. De la suya. Y
el primer ministro israelí, el ultraderechista Benjamín Netanyahu, no
desperdicia ocasión para continuar con el apartheid y la limpieza étnica de la patria palestina,
mediante la creación de un estado confesional judío en el corazón del mundo
árabe y la ocupación de su territorio, con sus ataques indiscriminados y el
aniquilamiento impune de sus ciudadanos.
Un mensaje oportuno,
brillante y necesario
Pero, en los primeros días del mes de octubre, ocurre lo
mejor:
Su Majestad El Rey de España, don Felipe, un hombre sensato
y cabal donde los haya, ante la “situación de extrema gravedad para nuestra
vida democrática que estamos viviendo en Cataluña, con la pretensión final de
la que Generalitat proclame ilegalmente la
independencia de Cataluña” advierte, en un oportuno mensaje televisado a
la Nación el
jueves 5 de octubre de 2017, que “los
legítimos poderes del Estado deben asegurar el orden constitucional”.
Y dirigiéndose “directamente a todos españoles” en el
mensaje televisado confirmó “su compromiso y firmeza con la democracia, las
libertades, la
Constitución , la unidad de España y respeto a la ley, ante el
inaceptable intento de apropiación de las instituciones y la deslealtad
inadmisible”.
Lo que nos infundió a todos una enorme tranquilidad, sosiego,
seguridad y confianza en nuestra nación y en nuestro estado de derecho, en un mensaje directo, firme,
inequívoco y necesario, de acuerdo al
ejercicio del papel de arbitraje institucional
y constitucional que corresponde al monarca.
Mensaje brillante y certero a todos los españoles del Rey de
España que fue reconocido por todos los presentes en la XXXIV Edición del
Premio de Periodismo Francisco Cerecedo, del pasado viernes 22 de noviembre de
2017, que entrega y preside Su Majestad El Rey don Felipe, que agradeció sinceramente
el gesto a todos los asistentes.
En Madrid. Una oscura
y fría tarde otoñal del domingo 10 de diciembre
del año 2017, conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, a
pesar de la era Trump, en la anunciada visita del ciclón
meteorológico Ana, que traerá fuertes ráfagas de viento, pero también las esperadas y necesaria gotas de lluvia que
llenen los pantanos, los ríos, alivien a todos los ciudadanos y den vida a los campos de toda España.
© Roberto Cerecedo.
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